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Geografía
PAÍSES
Rumania - 3ª parte
a instauración del régimen socialista supuso unas transformaciones radicales para el funcionamiento económico del país. Rumania superó considerablemente su tradición agraria que no desapareció completamente, para convertirse en un país industrializado. El nuevo régimen económico de planificación central nacionalizó la industria existente, eliminó la implantación de capital extranjero en el país e inició una profunda reforma agraria, todo ello bajo unas directrices básicas de centralización y colectivización, mediante planes quinquenales de actuación.
Para el despegue del desarrollo industrial, los dirigentes rumanos decidieron imitar fielmente el modelo seguido por la Unión Soviética, es decir, dedicar los principales esfuerzos iniciales a la implantación de una industria pesada. Las plantas industriales fueron ubicadas cerca de los centros de extracción de carbón y minerales. Así, las principales plantas siderúrgicas son las de Galati y Hunedoara, mientras que la metalurgia se centró en Baia Mare (cobre y plomo), Copsa Mica (cobre y zinc) y Oradea (aluminio). En una segunda fase de desarrollo industrial, iniciado a principios de los años 70, las inversiones fueron dirigidas a los sectores de construcción de maquinaria (utillaje minero y petrolero, tractores, camiones, etc.) y de química pesada, basada en la transformación del petróleo y sus derivados, que rápidamente se convirtieron en los pilares de las exportaciones rumanas. También se dio un fuerte impulso a la industria textil y alimentaria.La herencia de todo este proceso de industrialización y de su posterior mala gestión se traduce en la actualidad en una industria desproporcionada respecto al resto de sectores productivos del país. Son grandes plantas industriales con un elevadísimo consumo de energía y una obsolescencia que las distancia enormemente de los niveles tecnológicos del mercado mundial. Los sectores químico (caucho, fibras sintéticas, aceites y grasas industriales, detergentes, etc.), automovilístico y electrónico (televisiones, radios, cassettes), son los de mayor importancia en la industria rumana actual, aunque todos adolecen de los problemas de una bajísima productividad, calidad y capacidad de exportación. En cuanto a la industria de bienes de consumo, actualmente está siendo potenciada por el estado en un intento de cubrir las necesidades internas de bienes de consumo, hoy muy desabastecidas, sin tener que recurrir a las importaciones.
En el sector agrario, el régimen socialista llevó a cabo una acelerada renovación de las formas de propiedad, iniciando un proceso de colectivización que culminó en 1962 con la organización de todo el campesinado en cooperativas agrícolas de producción. Pero, una planificación inadecuada provocó un constante descenso de la productividad. Actualmente los principales cultivos son los cereales, que ocupan un 61 % de la superficie agraria. Tras la revolución que acabó con el régimen de Ceaucescu, se dio un rápido y radical vuelco al funcionamiento de la economía, con la supresión de los métodos de planificación centralizada. Desde entonces, se ha tendido a una progresiva transformación hacia un sistema económico de tipo capitalista, con una flexibilización de las formas de propiedad privada, la implantación de las primeras empresas privadas, la reducción de la jornada laboral, la nueva entrada de préstamos exteriores, un giro en las relaciones comerciales hacia Occidente y, en general, una desestatalización de la economía.En el sector agrario se ha frenado el Plan de Sistematización Rural puesto en marcha por Ceaucescu con el objetivo de concentrar a toda la población rural en importantes centros agroindustriales, y se han abandonado los grandes proyectos para dirigir los recursos a prioridades más básicas. También el sector ganadero se encuentra en una difícil situación, afectado por las deficiencias en la agricultura. La escasez de forrajes y de piensos compuestos ha provocado una especialización en animales aptos para el aprovechamiento de los pastos naturales (ovinos y bovinos). Otro importante sector de la economía rumana es el de la producción de energía, que a pesar de disponer de notables recursos petrolíferos, no llega a cubrir las necesidades del país, lo cual ha afectado al consumo doméstico. Tras la revolución, se ha intentado aumentar rápidamente la producción de carbón, además de haberse planificado un consumo más racional de la energía.